La república independiente más pequeña del mundo no se encuentra perdida en ninguna de las islas del Pacífico, sino en el norte de nuestro país, entre la frontera que separa Francia de España, donde se ubica Goust, una república de una milla de extensión.
Aunque en la práctica Goust pertenece a Francia, no existe ningún documento que anexione esta pequeña república al país galo, e incluso fue reconocida como república independiente por España y Francia en 1648. En aquella época un gobierno de 3 a 12 personas gobernaba el territorio, resolviendo todos los problemas judiciales de la república.
Hasta Goust se llega tomando un desvío señalizado con un pequeño cartel a la altura de Eaux-Chaudes, que desemboca en este pueblo enclavado en una pequeña llanura entre bosques, donde aún sobreviven algunos osos pirenaicos y tradiciones como los particulares enterramientos, que incluyen un descenso del ataúd por la ladera hasta la localidad de Laruns, donde son enterrados los habitantes de Goust.
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